¿Cómo conservar el aloe vera?
El objetivo de conservar aloe vera es preservar sus excelentes propiedades lo máximo posible. Por lo general, esta planta y su propio jugo tienen una gran resistencia y durabilidad, pero es importante garantizar un entorno de conservación óptimo si queremos aprovechar todos sus beneficios durante más tiempo.
La mayoría de productos de aloe vera que ya están preparados para su uso diario no necesitan una conservación especial. Por ejemplo, puedes tener tus jabones con aloe vera para tu higiene personal y mantenerlos en el cuarto de baño sin temor a que pierdan sus propiedades.
Ahora bien, si tienes una planta de aloe y quieres aprovechar su jugo interior, lo más lógico es que no lo utilices todo el mismo día, ya que de sus hojas puedes obtener bastante cantidad. ¿Qué hacer con lo que te ha sobrado? La buena noticia es que puedes conservarlo de distintas formas y con una pérdida nula o mínima de sus propiedades naturales.
Métodos de conservación del aloe vera
A la hora de plantearse cómo conservar aloe vera natural, el frío suele ser uno de los mejores métodos, pero no el único. También hay otras alternativas, con las que mantener sus propiedades, aunque su uso será algo diferente.
Vemos cada uno de estos métodos detallado a continuación:
Refrigeración
Cuando te planteas cómo conservar el aloe vera después de cortado, lo primero que viene a la cabeza es guardarlo en el frigorífico, ¡y funciona perfectamente!
La baja temperatura de tu nevera permitirá una conservación óptima del gel de aloe sin prácticamente pérdida de sus propiedades.
Lo mejor es conservar en la nevera la hoja de aloe cortada que no hemos utilizado. De esta manera, el jugo de aloe o lo que es lo mismo, la pulpa de aloe vera fresca de su interior, conservará mejor sus propiedades internas, que si conservamos este jugo de aloe ya extraído de la hoja. Para ello, añadimos algunas gotas de limón al corte y la envolvemos en papel film.
La hoja de aloe vera en refrigeración puede llegar a durar entre 3 días y una semana aproximadamente, sin perder prácticamente nada sus propiedades, y podemos aprovecharla tanto de forma interna, ingerida, como de forma externa, aplicada sobre la piel directamente.
Congelación
Otra de las alternativas más recomendables es conservar aloe vera en el congelador. En este caso, el producto puede mantener todas sus propiedades naturales hasta 2 y 3 semanas, ideal para no desperdiciar nada y poder seguir usándolo incluso pasado todo este tiempo.
Hay bastantes formas de conservar aloe vera natural en el congelador, pero una de las más prácticas es aprovechar una cubitera.
Simplemente, tienes que verter el jugo de aloe en cada uno de los huecos y dejar que se congele. Posteriormente, puedes aprovechar cada uno de estos “cubitos de aloe” como consideres, aunque siempre pensando en una aplicación directa sobre el cuerpo, no para consumir de forma alimentaria.
Si quieres conservar aloe vera como alimento, una alternativa es la técnica de deshidratación.
Deshidratación
Si te planteas cómo conservar aloe vera sin refrigerar, la deshidratación es una de las mejores alternativas. El resultado final presentará el alimento en forma laminada y con un color blanco amarillento.
Además, debe conservar parte de su olor natural y del sabor propio del aloe, que reconocerás al instante si ya has disfrutado anteriormente de recetas con este ingrediente.
Cuando obtenemos aloe vera deshidratado o desecado, una de las ventajas que vamos a aprovechar de este proceso es que mantiene todos sus nutrientes y podremos usarlo para beneficio de nuestro aparato digestivo.
Para conservar lo mejor posible el aloe vera deshidratado, déjalo en un lugar fresco, seco y en el que no esté expuesto directamente a la luz del sol.
Respecto al tiempo de conservación, no hay un período concreto establecido. El producto deshidratado que se vende envasado puede durar varios meses, pero de forma casera las condiciones de conservación normalmente no son tan óptimas, por lo que intenta consumirlo mucho antes y siempre confirmando que no se ha deteriorado en exceso.
Conservación en aceite
Las propiedades del aloe vera son numerosas y se pueden aprovechar de distintas maneras, dependiendo del formato de presentación que tenga.
Uno de ellos también es el aceite de aloe vera, que resulta de combinar esta planta con diversos ingredientes e incluso distintos aceites.
El resultado es un aceite de aloe vera que no tiene exactamente las propiedades naturales de la planta ni su misma pureza, pero que puede proporcionarnos diferentes beneficios a la piel dependiendo de con qué ingredientes lo elaboremos.
En función del proceso de elaboración que haya seguido, estos aceites pueden incluso contar con más propiedades que los que la planta de forma natural puede ofrecernos.
Además, el aceite de aloe vera tiene una conservación muy sencilla. Lo ideal es mantenerlo en su recipiente de envasado en un lugar fresco y seco. Procura, igual que con el alimento deshidratado, que no le dé directamente el sol y que se mantenga a temperatura ambiente.
Consejos para usar y conservar el aloe vera natural
Ahora que ya sabes cómo conservar el aloe vera después de cortado, puedes elegir el método que prefieras o incluso combinarlos para aprovechar este producto de distintas formas.
De todas las opciones descritas, la congelación es la mejor de todas a la hora de conservar sus propiedades intactas durante más tiempo.
En cualquier caso, lo que debes procurar es siempre utilizar envases que no alteren el aloe vera en ningún sentido y que permitan mantenerlo en perfecto estado lo máximo posible.
Una de las ventajas de usar un método de conservación óptimo del aloe es que podrás usar el producto cuando quieras directamente, sin tener que aplicar ningún otro tratamiento ni añadir otros ingredientes.
Aplicaciones del aloe vera conservado
Según lo que decidas sobre cómo conservar el gel de aloe vera, su aplicación será distinta. Estos son algunos casos que puedes aprovechar, en función de su conservación:
- Si tienes aloe vera en hielo, puedes aplicarlo directamente sobre quemaduras o sobre la piel irritada, para conseguir un alivio inmediato.
- El aloe vera deshidratado es ideal para añadir a las comidas, especialmente en snacks, yogures y ensaladas.
- El gel de aloe que conservamos en refrigeración lo podemos usar periódicamente como mascarilla para el rostro, así aprovechamos las muchas propiedades que puede aportar a nuestra piel.
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